Cuando uno va libre de ideas preconcebidas, de clichés apriorísticos como fue nuestro caso, te puedes encontrar con paraísos que te esperan por doquier. Esto es saborear la vida, bebértela sorbo a sorbo, o trago a trago(depende el momento!)
Almudena nos planteó si queríamos conocer su otra bodega. Rápidamente contestamos eufóricos que 'por supuesto!'. No caímos en la cuenta de un tema de simple geografía: Soria. Zamora. Distancia. Mucha!!!. Pero a nuestra queridísima amiga la distancia no le preocupaba en absoluto. Estaba acostumbrada. Qué eran dos horas y media en coche? Nada!!! Así que...'ánimo!, chicos!'. Después de una cena perfecta en los lagares de Atauta...camino a Zamora!. Fue un paseo. Literalmente. Hubo una parada para reponer fuerzas en forma de un cordero excelso y unas alcachofas y espárragos que no le iban a la ;)zaga. Pasamos por la Milla de oro vallisoletana con Vega Sicilia y sus compañeras de vecindario. No estaba nada mal el paraje. Jamás vi viñedos con tanto mimo!. Eran más bien jardines!.extensiones donde la imperfección no es bien recibida.
Extensiones inmensas se sucedían ante nuestros ojos. Nuestro duende nos explicaba todo lo que alcanzaban a ver nuestros ojos. Y por arte de magia, unas cuantas decenas de risas después, el terreno cambió....Ya se acercaba el otro castillo donde la enóloga-duende destilada sus otros elixires. El aire había cambiado, el color de la tierra, la luz...Un chalet de aspecto tranquilo era nuestro destino...Y una sonrisa de nombre María nos recibió. Descargar cuatro cosas...y al viñedo!!!. El coche en cuestión sale retratado. Mi querido Bro iba cual reportero aventurero matizaciones...Pero a fin de cuentas, no era todo esto, una gran aventura?
Viñedos antiquísimos, bosques lejanos, monasterios abandonados...El viaje había merecido la pena. Y nuestra amada cicerone respondía a mil y una preguntas. Incansable, sonrisa perenne. Fotos y más fotos, no queríamos perder detalle. Era impactante ver los viñedos bordeando la Vía de la Plata. Pero V y yo estábamos llegando al final. Estábamos agotados de tanta foto, de tanto estímulo, de tanta belleza. Pero el duende no mostraba el menor signo de agotamiento!. De vuelta a la Bodega nos quedaba una cata de los hijos zamoranos de éste. El sol se ponía por una de las ventanas. Un fuego lejano parecía por su refulgir...Un Villano deliciosamente insolente. Un Mazarrón simplemente grandioso y dos Cenit poderosos...Habíamos tocado el cielo, una vez más...Nos despedimos de María y su sonrisa camino de Valladolid. Siguiente objetivo nos dijo nuestra tutora; tomar pinchos en la capital castellana. Pero nuestro duende empezaba a dar muestras de cansancio!!. Aleluya!!!. Pospusimos la salida para un siguiente viaje. Así que nos dejó en nuestro hotel, felices, muy felices y nos fundimos en un abrazo cómplice. Sabíamos que nos veríamos pronto...
Gracias, Almudena, por ser como eres, y por tus clases magistrales. La principal de todas, tu sonrisa que todo lo envuelve y lo hace fluir...
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