jueves, 27 de febrero de 2014

LOS PELIGROS DE COMPRAR EL PAN...

Nunca pensé que comprar el pan pudiera llegar a ser algo tan decepcionante, tan sintomático de la sociedad en la que nos ha tocado vivir o más bien, sobrevivir. No me  liaré más. Entré al otrora templo de paz que era mi panadería cuando escucho bramar a una mujer: «Qué se han creído esos catalanes de m....a, que se van a ir de rositas así como así?. Sólo hay una España!». La, en otro tiempo dulce expendedora de tan preciado producto le contesta que ella no quiere nada de 'esos catalanes asquerosos'. 
A esas alturas yo sigo en shock. La imagen de la mujer mayor me da miedo. Su tono pausado hace que sus insultos sean más lacerantes cual látigo desgarrador. Debo intervenir. Es necesario. Les manifiesto mi desagrado por el espectáculo lamentable que están llevando a cabo. «Es que acaso eres catalán?» Me lanza con mirada inquisidora la muy mayor. Me hago pasar por tal y todo parece que se va encauzando. La menos agresiva me dice que 'ella es del Barça'. Esto me tranquiliza sobremanera(?). Intento razonar con la mayor y rápidamente desisto. Sus argumentos me huelen a cantos de sirena con final de galeón destruido contra las rocas. Me recuerdan a esa gente que habla pestes de los gays para, acto seguido decir que ellos tienen muchos amigos gays.
En fin, me fui con mi pan y mis croissants a otra parte. Eso sí. Un poco triste...

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